Tener una mente abierta no es tan fácil cuando vivimos en una sociedad saturada de divisiones, deteriorada por las tensiones, los prejuicios e incomprensiones. Nos encontramos con muchas dificultades para lograr hacer de nuestra diversidad una riqueza. El objetivo de este pequeño libro no es dar lecciones de filosofía o ética, sino proponer un listado de herramientas que quizás nos permitan no dejarnos llevar tanto por nuestras certezas y ser más tolerantes. La apertura de mente no se decreta, se trabaja. ¡Pongámonos a ello!
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